Mira que tengo varios blogs donde escribir sobre el tema, pero ya que se trata de comida, evitaré publicar este artículo en mis blogs sobre alojamiento, aunque también va relacionado.
Ya sé que es complicado rentabilizar un restaurante de hotel y que las más de las veces lo mejor que se consigue es perder poco dinero, pero la situación nos ha llevado a situaciones peculiares en las que muchos hoteles enfocados a la clientela de negocios cierran su restaurante desde el viernes por la noche hasta el domingo por la noche, ambos incluidos. Los hay que solamente dan cenas y también los que únicamente sirven comidas. En cuanto al tema legal, supongo que habría que consultar la legislación autonómica, pero de cara al servicio al cliente es una pena que en un cuatro estrellas el huésped tenga que salir por narices al exterior y encima en numerosos casos desplazarse en coche para comer o cenar algo. No soy precisamente un fan de los restaurantes de hotel pero en ciertas zonas los hay muy buenos y en ocasiones apetece cenar e irse a la cama cuando antes. En ciertos entornos puedes llamar a un servicio de comida a domicilio, pero muchos hoteles no se molestan en proporcionar esa información a los clientes para sacarlos del apuro.
Con lo complicado que es vender a la carta, resulta extraño que los hoteles no orienten sus restaurantes exclusivamente a los menús, que pueden ser de diferentes calidades y precios. Incluso con ese tipo de oferta, cuando el hotel se queda sin servicio de comidas hay que poner al alcance del cliente alguna solución que no implique necesariamente un desplazamiento por zonas desconocidas.
Para ese tipo de situaciones suelo utilizar la zona de restauración de algún centro comercial próximo, pero un viajero griego o alemán puede encontrar esa solución algo difícil.
Una propuesta interesante es el uso de platos de quinta gama, que solo deben calentarse y servirse, tarea al alcance de cualquiera sin recurrir a la cocina en vivo. Otra idea es la venta de precocinados in situ con microondas al alcance del huésped en recepción o en su habitación. Cualquier mejora será de agradecer antes de invitar al cliente a que compre un sandwich en una gasolinera cercana.
Un hotel restaurante tiene que serlo todo el tiempo y no se debe suspender el servicio para los alojados por el motivo de que haya una boda en las instalaciones. Puede ocurrir que haya grupos y se deniega el servicio a los clientes individuales mientras el grupo está cenando a pocos metros de su habitación.
Soy bastante espartano y poco exigente al respecto, pero la satisfacción del cliente es sagrada y no se le puede dejar con hambre. También es que soy asturiano y en sitios como Galicia se considera delito capital no dar comida al hambriento, mientras que por otros lares te invitan a buscarte la vida.
Ya sé que es complicado rentabilizar un restaurante de hotel y que las más de las veces lo mejor que se consigue es perder poco dinero, pero la situación nos ha llevado a situaciones peculiares en las que muchos hoteles enfocados a la clientela de negocios cierran su restaurante desde el viernes por la noche hasta el domingo por la noche, ambos incluidos. Los hay que solamente dan cenas y también los que únicamente sirven comidas. En cuanto al tema legal, supongo que habría que consultar la legislación autonómica, pero de cara al servicio al cliente es una pena que en un cuatro estrellas el huésped tenga que salir por narices al exterior y encima en numerosos casos desplazarse en coche para comer o cenar algo. No soy precisamente un fan de los restaurantes de hotel pero en ciertas zonas los hay muy buenos y en ocasiones apetece cenar e irse a la cama cuando antes. En ciertos entornos puedes llamar a un servicio de comida a domicilio, pero muchos hoteles no se molestan en proporcionar esa información a los clientes para sacarlos del apuro.
Con lo complicado que es vender a la carta, resulta extraño que los hoteles no orienten sus restaurantes exclusivamente a los menús, que pueden ser de diferentes calidades y precios. Incluso con ese tipo de oferta, cuando el hotel se queda sin servicio de comidas hay que poner al alcance del cliente alguna solución que no implique necesariamente un desplazamiento por zonas desconocidas.
Para ese tipo de situaciones suelo utilizar la zona de restauración de algún centro comercial próximo, pero un viajero griego o alemán puede encontrar esa solución algo difícil.
Una propuesta interesante es el uso de platos de quinta gama, que solo deben calentarse y servirse, tarea al alcance de cualquiera sin recurrir a la cocina en vivo. Otra idea es la venta de precocinados in situ con microondas al alcance del huésped en recepción o en su habitación. Cualquier mejora será de agradecer antes de invitar al cliente a que compre un sandwich en una gasolinera cercana.
Un hotel restaurante tiene que serlo todo el tiempo y no se debe suspender el servicio para los alojados por el motivo de que haya una boda en las instalaciones. Puede ocurrir que haya grupos y se deniega el servicio a los clientes individuales mientras el grupo está cenando a pocos metros de su habitación.
Soy bastante espartano y poco exigente al respecto, pero la satisfacción del cliente es sagrada y no se le puede dejar con hambre. También es que soy asturiano y en sitios como Galicia se considera delito capital no dar comida al hambriento, mientras que por otros lares te invitan a buscarte la vida.